martes, 9 de junio de 2009

Discurso de Gimena Urta en el Acto de los Jóvenes


Compañeras y compañeros:
Es para mi un enorme placer poder compartir esta instancia con todos ustedes. Me siento muy feliz y sobretodo orgullosa, de participar activamente entre los que quieren, en esta campaña interna, que Danilo sea el candidato y el presidente de todos los uruguayos.

Nunca creí que, nosotros los jóvenes militantes, íbamos a ocupar un lugar tan destacado, compartiendo junto a los mayores, codo a codo, todas las instancias de nuestra agenda de trabajo.
Creo que hoy debemos felicitarnos por ese trabajo y sentirnos orgullosos. Hemos realizado una campaña ejemplar, un esfuerzo profundo y sostenido. Una campaña con iniciativa, con propuestas, con un candidato, militante y comprometido, una campaña llena de optimismo y alegría.

Una campaña a la altura del Frente Amplio y de la izquierda que somos y que queremos ser. Donde los jóvenes somos protagonistas, capaces de generar nuestras propias propuestas y actividades, integrados en un esfuerzo común e inclusivo. Con nuestra propia opinión y nuestros propios criterios de trabajo.

Somos los jóvenes que apoyamos la candidatura de Danilo Astori, no sólo porque estamos convencidos de sus cualidades y de que el mejor candidato para guiarnos a la victoria del Frente Amplio en octubre.

Estamos con Danilo porque encabeza un proyecto político moderno, profundo y creíble, que representa el Uruguay desarrollado, social, económica y democráticamente, el proyecto de desarrollo nacional que es capaz de generar las condiciones para la construcción de la equidad y dice la igualdad de oportunidades.

Es el proyecto político que puede desplazar definitivamente a la derecha y a su pretensión de encerrarnos en el pasado y en sus gobiernos de reiteración, fracaso y mediocridad.

La derecha le teme a la izquierda que mejor gobierna, la que es capaz de construir futuro, con políticas transformadoras e inteligentes. La derecha le teme al liderazgo que sea capaz de expandir el electorado y la capacidad transformadora de la izquierda, de conquistar voluntades y de gestionar un gobierno que avance sustancialmente hacia el progreso y la igualdad.


Y la derecha le teme a uno solo, le teme a Danilo Astori, porque ambas cosas, capacidad de gobierno, de transformación y convocatoria electoral son las mejores fortalezas de Danilo. Danilo es quien tiene las mejores condiciones para gobernar y para acercarnos al triunfo en primera vuelta.

Somos y queremos ser la izquierda que la derecha teme, porque hoy más que nunca podemos afirmar nuestra identidad como jóvenes de izquierda, nuestra propuesta hacia el futuro, frente a la decadencia y al parque jurásico de la política de los partidos tradicionales, del conservadurismo y su lastre represivo.

Somos los jóvenes de la izquierda, que es la mejor escuela de compromiso con la libertad de todos. Porque queremos eso. Mas derechos, más igualdad, para más y más libertad. La izquierda que no teme, que abre la cabeza, que piensa libremente y lucha, que da la cara, con mensajes claros, sin disfraces, ni ambiguedades, sin demagogias ni encierros y se compromete con los menos favorecidos, con los que sufren la injusticia o el abandono.

Y que se compromete con la construcción de una sociedad radicalmente democrática, sin excluídos, donde todos, pero especialmente los jóvenes tengan derechos y oportunidades crecientes, sin discriminaciones ni persecuciones.

Queremos expandir en Uruguay una cultura más democrática, una cultura de la diversidad y de la tolerancia, que es una cultura de la libertad y la justicia.

Que derribe los estereotipos y las hipocresías del conservadurismo tradicional, del país gris, achicado, y temeroso que durante años soportamos, en la frustración del mensaje permanente del no se puede pronunciado por la serie de viejos estadistas de la nada que gobernaron el país durante décadas.

Al diablo con todo eso, nosotros sí podemos, nosotros si podemos, sí podemos trazar un camino de progreso social y económico para construir un gran país. Nosotros sí podemos abrir las puertas a un Uruguay moderno, pujante, emprendedor, como ya lo demostramos con Tabaré y Danilo en este gobierno. Al Uruguay del crecimiento, del conocimiento, la innovación pero también al Uruguay sin pobreza, sin exclusión, al Uruguay de la igualdad.

Al diablo con blancos y colorados, al diablo con el pasado mediocre. Basta de pavadas. Hay cerrarle el portón oxidado a la cueva del pasado y eso significa también derribar la cultura de la impunidad, la cultura del miedo, como lo hizo este gobierno habilitando la posibilidad de procesar, juzgar y meter presos a los milicos torturadores, responsables del terrorismo de estado.
Hay que terminar con la impunidad, hay que acabar con la ley de la miseria espiritual, de la vergüenza y la claudicación, la ley de caducidad y ahora sí lo vamos a hacer.
Y debemos enfrentar la mentalidad represiva y punitiva de las embestidas políticas de la derecha, que siempre vuelve con sus recetas de baja de la imputabilidad, de mayores penas, en sus promesas demagógicas de tolerancia cero y seguridad imaginaria.

Los jóvenes de izquierda vamos exactamente por el camino contrario. Queremos ampliar derechos y la capacidad de influir y decidir para los jóvenes. Queremos ampliar la base de sustentación de nuestra democracia. Queremos que los jóvenes voten a partir de los 16 años, que participen en las principales decisiones del país.
Los que residen en nuestro país y los que están residiendo puntualmente en el exterior, consagrando en los hechos el derecho al voto de los ciudadanos uruguayos que están en otros países, hasta ahora negado por la visión anacrónica y perimida de la derecha.
Apoyamos la despenalización del aborto, porque consideramos que la mujer tiene el derecho de poder decidir sobre su cuerpo y ni hablar de las mujeres jóvenes que hoy ocupan un lugar primordial en las cifras que las encuestas nos muestran a diario.
Buscamos de una vez por todas descentralizar la Universidad de la República. Pero hacerlo de una vez por todas y no seguir contando con que un noventa y ocho por ciento de la población deba residir en Montevideo para poder cursar sus estudios universitarios. Es ridículo y me avergüenza como joven que sigamos sin lograr solucionar un problema tan vital para la población estudiantil. Por eso debemos tomar el tema con la seriedad que corresponde y asumir soluciones creativas e innovadoras en el tema.

Queremos redimensionar nuestra inversión en recursos de infraestructura, humanos y técnicos, para atender a los menores infractores, pero no vamos a poner bajo sospecha al conjunto de todos los jóvenes uruguayos por una realidad compuesta por 300 o 400 menores infractores que ya tiene las leyes y la penalidades que les corresponden.
Pero también hay que discutir y enfrentar los episodios febriles y disparatados de los que auspician que los uruguayos tengan más armas, o que caen en la superficialidad de considerar enfermos a todos los jóvenes que consumen drogas, sin diferenciar las que inducen a comportamientos conflictivos y las que no inducen a nada, que no sea hacer lo que a uno se le da la gana.

Aquí no hay que agarrar del forro a nadie, hay que combatir el tráfico de las drogas mas dañinas y agresivas y hay que brindar caminos de atención y salida, programas de recuperación junto a políticas educativas que brinden perspectivas de salida consistentes.
Pero a su vez hay que defender libertades. Si alguien cree que hay que embarcarse en una batalla contra todas las drogas, si no nos damos cuenta de las diferencias y de cuanto se lesionan libertades de gente que no molesta a nadie, entonces estamos muy errados y vamos a perder esas y otras batallas.

Compañeros/as somos el Frente Amplio, somos las ganas de luchar por nuestro futuro y tenemos que enriquecer esa lucha aportando, discutiendo, debatiendo.
Somos la izquierda que rompió con todos los estereotipos de fuerza de oposición y nos transformamos en una fuerza de gobierno, una fuerza de cambio confiable, responsable.
Como jóvenes no buscamos soluciones mágicas No buscamos atajos ni esperamos milagros, sino por el contrario, nos afirmamos en la fuerza de la razón, del esfuerzo y del impulso colectivo.
Somos la izquierda joven que tiene como objetivo eliminar la indigencia y combatir frontalmente las causas que reproducen la pobreza y la exclusión, para construir un Uruguay sin pobres.
Y en ese gran proyecto nacional, está la fuerza, la capacidad y el liderazgo de Danilo Astori para ganar en octubre, para gobernar y hacerlo realidad.

Hemos aprendido muchas cosas en esta campaña, pero hay una fundamental, que el propio Danilo lo ha trasmitido siempre: Compañeros sí podemos, se lucha hasta el final, se lucha hasta el final, se lucha hasta el final.
Viva el Frente Amplio, Somos izquierda, Viva Danilo Astori Presidente.

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